Para tener una dieta equilibrada es imprescindible tener una dieta mixta que contengan todos los alimentos que nos proporcionen los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.

Los alimentos ricos en proteínas, hidratos de carbono nos proporcionan energía, por otro lado, las vitaminas y minerales deben de tomarse de manera racionada. 

No debemos olvidar que una dieta equilibrada debe de ir acompañada de una Rutina de Ejercicios. 

1. Beber Más Agua. 

Mantener tu organismo hidratado es fundamental para el buen funcionamiento del mismo. Te ayuda a sentirte más ligero, menos hinchado y ayuda a tu piel a tener más brillo. Puedes preparar una jarra con agua y limón, con pepino, con frutas para darle un toque de sabor. Además, puedes añadir alguno de nuestros saborizantes cuando tengas ganas de tomar un refresco. Una alternativa sana y con sabor. 

2. Incluye Más Frutas y Verduras en tu dieta. 

Introduce en tu dieta más verduras y fruta para ayudar a consumir más vitaminas y minerales. Existen numerosas recetas de ensaladas en las que puedes incluir todo tipo de verduras e incluso puedes hacerla con pollo o salmón, por ejemplo. También puedes añadir fruta cómo la manzana o el mango. Mientras más variedad de colores e ingredientes más completa y saludable será tu dieta. 

 3. Cuida las Porciones de los Alimentos. 

Trata de reducir la cantidad de comida que te sirves en el plato. Normalmente tendemos a cocinar mucha comida y nos vemos en la obligación de no tirar nada a la basura. Para ello, debes de tener en cuenta lo siguiente: 

• Procura que la mitad o casi la mitad de tu plato sean frutas y verduras. 
• La proteína animal que comas debe caber en la palma de tu mano (puedes incluir lácteos). 
• Aproximadamente 1/4 de tu plato debe contener cereales. 
• Menos de 1/4 de tu plato debe contener leguminosas. 

 4. Hacer 5 Comidas al Día. 

El reparto de los alimentos es otro de los factores a tener en cuenta. Debemos hacer 5 comidas al día para mantener una dieta saludable (desayuno, tentempié, comida, merienda y cena). 

 5. Comer Despacio. 

Debemos tener en cuenta que masticar rápido los alimentos provoca malas digestiones, aumento de peso e incluso, la mala absorción de los nutrientes. Por ello, es muy importante masticar despacio y dedicar tiempo a comer bien. Comer despacio te deja más saciado, por lo que evitas el picoteo al poco tiempo de haber comido, mejora nuestra digestión y nos ayuda a no engordar debido a que nuestro metabolismo está activo, por lo que la quema de grasas se lleva a cabo con mayor eficacia. 

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